lunes, 4 de marzo de 2013

Ella va, triste y vacía…



Desde el comienzo de la noche se percibía la tragedia, se sentía sin necesidad de saber siquiera lo que había pasado, Julián esperaba por saber la verdad de lo ocurrido. De repente salió María sollozando y después llorando descontrolada.
-Estoy embarazada, mi amor, perdón – dijo sin mirarle, afligida.
-No es tu culpa, pero debo irme. No me busques.
María era una joven de 17 años talentosa, amante de la música y el baile, el arte era el motor de su vida, su pasión y su esperanza. Llevaba dos años junto a Julián, ya un hombre de 22 años que vivía una vida muy diferente a la de María. Llevaban una vida normal, eran felices, nada extraordinario. Por el azar de la vida una noche María fue una fiesta sin Julián, y estando allí empezó a coquetear con un chico que no conocía, era Andrés, nadie sabía quién era o porque había sido invitado a la fiesta pero allí estaba…El coqueteo inocente se salió de control y el desconocido joven empezó a sobrepasarse con la inocente chica. Se nublan mis memorias en aquel momento pero al otro día la protagonista de esta historia esperaba por un bebe al que no deseaba.
La familia inmersa en el dolor, Andrés sin dejar huella y Julián abandonando a su suerte a María; parecía el final de la historia, pero la inesperada decisión de maría cambio todo, era un aborto lo que ella quería, todas sus amistades y familiares rechazaron su decisión y la abandonaron. Ya no iba a ser madre, pero estaba sola, sin sueños, sin la pasión que hace un tiempo el arte le provocaba, por el error de una noche quedo consumida, quedo vacía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario