Desde
el comienzo de la noche se percibía la tragedia, se sentía sin necesidad de
saber siquiera lo que había pasado, Julián esperaba por saber la verdad de lo
ocurrido. De repente salió María sollozando y después llorando descontrolada.
-Estoy
embarazada, mi amor, perdón – dijo sin mirarle, afligida.
-No
es tu culpa, pero debo irme. No me busques.
María
era una joven de 17 años talentosa, amante de la música y el baile, el arte era
el motor de su vida, su pasión y su esperanza. Llevaba dos años junto a Julián,
ya un hombre de 22 años que vivía una vida muy diferente a la de María.
Llevaban una vida normal, eran felices, nada extraordinario. Por el azar de la
vida una noche María fue una fiesta sin Julián, y estando allí empezó a
coquetear con un chico que no conocía, era Andrés, nadie sabía quién era o
porque había sido invitado a la fiesta pero allí estaba…El coqueteo inocente se
salió de control y el desconocido joven empezó a sobrepasarse con la inocente
chica. Se nublan mis memorias en aquel momento pero al otro día la protagonista
de esta historia esperaba por un bebe al que no deseaba.
La
familia inmersa en el dolor, Andrés sin dejar huella y Julián abandonando a su
suerte a María; parecía el final de la historia, pero la inesperada decisión de
maría cambio todo, era un aborto lo que ella quería, todas sus amistades y
familiares rechazaron su decisión y la abandonaron. Ya no iba a ser madre, pero
estaba sola, sin sueños, sin la pasión que hace un tiempo el arte le provocaba,
por el error de una noche quedo consumida, quedo vacía.
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